domingo, 3 de octubre de 2010

PETRIFICADO


¡Rápido! ¡Más rápido! Ahora o nunca. Momento de crear, 
de enfrentar a la muerte y salir victorioso.
Beckett es el más grande escritor de la historia debido 
a que no era él quien escribía. 
Copiaba lo que LAS VOCES le dictaban con una 
técnica magistral. Poseía una sincronización perfecta 
y tenía acceso a los ESPACIOS fértiles  
donde se acumulan las ideas. 
Cualquiera que mire un primer plano del anciano escritor, 
descubrirá que esa mirada penetrante había conseguido 
penetrar lo impenetrable.


Montado sobre látigos de fuego, 
un día amaneció en un mundo extraño. 
Quienes hayan visto el resplandor de su mirada
podrán atestiguar su peligrosidad,
el peligro que se oculta tras sus ojos de diamante.
                               

¿Cómo habrá alcanzado ese nivel de desarrollo cerebral?
Era un genio y no hay más por decir.
Mientras tanto, divago como un estudiante de secundaria que intenta 
conseguir su primer escrito de valor. Pero el muro se alza ante mí 
y mi cabeza es perezosa y lenta. ¡Rápido! ¡Hay que adquirir velocidad!
Estoy pesado e imbécil como un muñeco de plomo. 
No tengo NADA que decir y sigo tecleando para mí mismo. 
Aunque en este instante no sé quien es quien.


Vagas alrededor del círculo fértil,
celebran la opresión de tu existencia desde el muro;
en abriles amarillos
has perdido tus tesoros,
y las nubes te transportan en LAS VOCES del silencio.


Tal vez esté burlándome de mí mismo. 
Así que me entretengo exponiéndome. 
Doy a conocer mi vulnerabilidad. 
¡Dispárenme, Asesinos de la Mente! 
Aprovechen mi debilidad. Imposible continuar.  
El muro crece y me asfixia. 
Atrapado en un estúpido laberinto 
de palabras inconexas, desprovistas de energía; 
vacías, miserables, insípidas. 
Acepto mi derrota. He perdido esta batalla. 
Emprendo la retirada. Pero ya volveré.


En la neblina invernal dos haces de luz escriben la advertencia:
NO SE PUEDE.
                               

Conozcan el horror del muro que paraliza la fluidez. 
Conozcan la petrificación en toda su magnitud.


Estoy Petrificado


(Ecos que se van apagando suavemente, 
simulando el sonido de UNA VOZ distorsionada 
que sale de un grabador 
que se está quedando sin pilas)


                     Petrificado


Petrificado

                     Petrificado


Petrificado

                     Petrificado

No hay comentarios:

Publicar un comentario