lunes, 3 de enero de 2011

EL GRAN ENGULLIDOR



«Sabía que no quería seguir tomando droga. Pero al llegar el proceso efectivo de dejarla, no tenía fuerzas suficientes. Eso me producía un sentimiento de desesperación terrible, veía como fracasaban todos los planes que me imponía, como si no tuviera control verdadero de mis actos» WILLIAM S. BURROUGHS


Rostharek era un cobarde. No había dudas al respecto. Pero padecía de un extraño tipo de cobardía. Podía desafiar a tres tipos a pelear al mismo tiempo, y, por otro lado, no era capaz de enfrentar una simple entrevista laboral. La idea de conducir un auto lo horrorizaba. Padecía de agorafobia, fobia social y hostilidad extrema. Un terror existencial lo carcomía. La cobardía lo llevó a encerrarse cada vez más en sí mismo. Su vida social era nula. No trabajaba ni realizaba ninguna actividad útil. Convertido en un joven extremadamente triste y vulnerable, se había negado el derecho a vivir dignamente. Acosado por terribles depresiones, se martirizaba en un círculo vicioso de autocompasión.
Pero fue la realidad cotidiana quien le atestó el golpe de muerte. Le recordó que necesitaba vestirse, comer y tener un techo donde dormir.
En su adolescencia, sus padres lo habían llevado a consultar con varios psiquiatras, preocupados por su errático comportamiento. En ese período crucial de su vida, descubrió las drogas. Antidepresivos, ansiolíticos y demás. Aprendió que con las dosis adecuadas podía vencer su temor existencial. Así mejoró su calidad de vida por un tiempo.
La cosa se vino abajo cuando rompió relaciones con sus padres debido a una gran pelea familiar. A partir de entonces ya no tendría quien le pagase el tratamiento ni las drogas de las que dependía para vivir. Y como no podía quedarse de brazos cruzados, fue internándose poco a poco en la cultura de las drogas callejeras. Empezó a consumir anfetaminas, cocaína y grandes cantidades de alcohol. Manipulaba con facilidad a sus amigos: marginales, bohemios, criminales y artistas atormentados. Era apreciado por todos y tenía cierto encanto personal que utilizaba para ganar terreno en todas partes.
Los vagos le invitaban las abundantes drogas que poseían. Pero el problema era que no podría aprovecharse de ellos de por vida. Además, hacía grandes esfuerzos a la hora de tener que convivir con sus proveedores, ya que casi todos eran imbéciles que se volvían insoportables cuando estaban drogados. Entonces empezó a realizar pequeñas ventas por su cuenta. Se pegó al dealer del grupo y aprendió todos los gajes del oficio. Al poco tiempo estaba vendiendo por todas partes. Gastaba el dinero que ganaba en comprar sus propias drogas, las que necesitaba para sobrevivir en el mundo real.
Rostharek se consiguió una novia adicta a la cocaína. Ambos decidieron empezar a cuidar el dinero que tenían para seguir un tratamiento con un médico experto en adicciones. A esta altura, se había vuelto impotente a causa del exceso de antidepresivos, cocaína, anfetaminas y todo lo que se metía. Esto afectaba su relación con la chica, quien también había perdido interés por el sexo debido a la coca. A menudo sufría de anorgasmia y frigidez.
El sueño estaba allí... Ambos se desintoxicarían y vivirían felices para siempre. El problema era que para lidiar con el mundo del trabajo cotidiano era necesario estar drogado. No había otra manera. Si quería trabajar, no podría desintoxicarse. Y si no trabajaba, nunca llegaría a desintoxicarse ni a vivir con la chica. Estaba atrapado en un círculo vicioso difícil de romper.
La presión de la situación lo mantenía bajo un estrés constante.
Engulló más duro que nunca y perdió el control para siempre.
Rostharek nunca pudo dejar las drogas. Su corta vida fue un infierno hasta el final.


El gran engullidor


En un lluvioso día de otoño,
ingirió una anfetamina y se sentó a esperar
que surtiera efecto.
Al sentirse un poco mejor,
se vistió y salió a enfrentar al mundo.

ELLA



Al mediodía, sentado a una mesa ubicada en un rincón de un bar, tuvo ese hermoso presentimiento. Una sensación que es... No sé como explicarlo... Pareciera que por un instante el universo se detuviera y uno pasara a ser el único protagonista de la vida. Los neurotransmisores segregan las sustancias adecuadas en un torrente químico que lleva a la mente a un estado de éxtasis celestial. Todo funciona a la perfección por un momento, un pequeño y hermoso momento eterno. Las dudas son disipadas, el futuro aparece brillante y prometedor. Todo está en su lugar adecuado.
Y él supo que algo especial ocurriría ese día. Algo destinado a pasar.
Dio un largo sorbo a su jugo de durazno, despegó los ojos del televisor y miró hacia la calle a través del vidrio del bar. La mujer caminaba mágicamente por la acera. Era ella. Existen muchas mujeres, pero sólo hay unas pocas ellas. Y ésta era una de ellas. Un cóctel perfecto de belleza, atractivo y  seguridad. La vislumbraba extasiado, con ese sabor en la boca que pocas veces se siente en la vida, producido por un estallido de endorfinas que induce a un estado de puro placer que es disparado por todo el organismo.
Ella entró al bar. Cuando pasó a su lado, él sintió una corriente eléctrica que sacudió hasta lo más profundo de su ser. Se trataba de ella, no tenía dudas al respecto. La mujer se sentó a una mesa continua y encendió un cigarrillo (No me detendré a describirla físicamente, no aportaría nada a la historia. Era ella y punto). Él no podía sacarle la vista de encima por un segundo. Poseído por la fiebre del cazador, fue hacia la presa y se sentó a su mesa. La mujer no demostró sorpresa ni inquietud.
-No pude evitar acercarme... Algo irresistible me impulsó a hacerlo...
- No hay problema. Admiro a la gente con iniciativa.
- Mira... Me gustaría invitarte a tomar algo, pero luego del jugo de durazno, caí en bancarrota.
- También eres sincero. Eso es bueno. Queda poca gente sincera en estos días.
Algo no funcionaba bien. Estaba resultando excesivamente fácil. La conversación fluía sin malabarismos ni trucos de palabras, demasiado bueno para ser real. Él esperaba descubrir la trampa en cualquier momento.
-¿Cómo te llamas?- preguntó ella con frialdad.
-Rostharek.
-¿Rostharek? ¿Qué clase de nombre es ése?
- Bueno... Solía llamarme Jim... Pero fue el nombre que me pusieron mis padres, yo no lo elegí... Llegó una época en la que atravesé una crisis de identidad... y... decidí encontrar mi verdadero nombre... así fue como pasé a llamarme Rostharek.
- De acuerdo... ¿Pero porqué un nombre tan extraño? ¿No podías haberte cambiado el nombre a John? ¿Steven...? Qué sé yo...
- La verdad es que prefiero no hablar sobre ello... Me trae malos recuerdos...
La mujer fumaba compulsivamente, y cada tanto, observaba nerviosamente a una pareja que estaba ubicada unas cuantas mesas adelante.
-¿Y cuál es tu nombre? -Rostharek intentó llevar la conversación a un terreno donde se sintiera cómodo.
- Oh... Te lo diré después... Ahora no es importante...
- Lo que tú digas... ¿Y qué haces por aquí? ¿Trabajas cerca?
- Ayer renuncié a mi trabajo. Mira... fue realmente desagradable, estoy intentando olvidarlo... No quiero volver a revivirlo... Me trae malos recuerdos... Tú lo has dicho primero...
Rostharek dejó escapar una leve sonrisa nerviosa.
La moza se acercó a ellos y les preguntó si deseaban ordenar. La mujer tomó la palabra, respondió que esperaban a unos amigos y que no querían empezar sin ellos. La moza se retiró desplegando una mueca falsa y forzada.
- Bien... Cuéntame algo sobre tu vida- dijo Rostharek, tratando de no perder el hilo de la conversación.
- Nada especial... Llevo una vida normal... Soy casada, pero no tengo hijos.
Algo se quebró en el interior de Rostharek. No contaba con eso.
- Bueno, yo soy soltero y tampoco tengo hijos...- hizo una pequeña pausa, como un guitarrista que da pie al bajista para que inicie su solo. Pero ella no sonrío, no entró al juego de la improvisación. Permanecía extremadamente seria y fría. Algo no andaba bien. Por momentos, la chica posaba su penetrante mirada en la pareja ubicada a unos metros de ellos. Esto inquietaba a Rostharek.
-¿Los conoces?
-¿A quienes?
-A esa pareja. No dejas de mirarlos.
- Es una mala costumbre que tengo, soy como una paloma, me gusta mirar hacia todas partes. ¿No te molesta, verdad?
- No... No hay problema... mientras no pidas migajas o alpiste como entrada, todo está bien…
La ironía había fracasado de nuevo. Definitivamente, ella carecía de sentido del humor.
Rostharek sintió un inmenso abismo que los separaba. El silencio reinó por unos segundos que parecieron siglos.
-¿Me disculpas un momento?, debo ir al baño-dijo él sin rodeos.
- Te estaré esperando...
Cuando Rostharek se levantó, ella lo sujetó del brazo, le miró fijamente a los ojos y susurró: - Tengo una sorpresa para ti. Te la enseñaré cuando regreses.
- De acuerdo.
En el espejo del baño, Rostharek observó su extraño rostro y se puso a divagar sobre la situación. Cuando salió, vio que ella lo esperaba con la sorpresa prometida.
La mujer estaba de pie frente a la mesa de la pareja a quienes venía observando. La sorpresa era que los estaba apuntando con una pistola.
-¡Ésta es la puta de mierda!, ¿verdad? ¿Hace cuánto te la vienes cogiendo? - ella le gritaba al hombre.
Las dudas de Rostharek eran reales, algo andaba mal.
-¡ Espera!- gritó el acusado -. Es Claudia... Una compañera del trabajo...
Claudia temblaba, había entrado en pánico, el miedo la hizo levantarse rápidamente de la mesa... Los demás clientes del bar observaban la escena con espanto, algunos lanzaban gritos de terror...
Ella disparó contra Claudia, quien cayó al suelo con una herida mortal en el cuello.
-¡Intenta cogerla ahora, hijo de puta! ¡Vamos, hazlo!
Lágrimas de rabia bañaban el rostro de la asesina.
Rostharek observaba el acontecimiento desde la puerta del baño.
El hombre permanecía sentado con las manos en alza, ella lo tenía en la mira.
- Amor... Para con esto, por favor... todavía podemos arreglarlo...- el hombre suplicaba, temblaba y lloriqueaba  como un niño.
-¡Desde luego que podemos arreglarlo! - gritó ella. Luego le disparó en el pecho. El bar se convirtió en un caos, con gente despavorida corriendo de un lado a otro. Los clientes se refugiaban bajo las mesas, algunos habían entrado a la cocina, otros lograron salir por la puerta del fondo.
Al ver al hombre muerto, ella se tomó de los cabellos y empezó a aullar como una loba salvaje. Su dolor era profundo. Y ella lo aplacó pegándose un tiro a la cabeza.
El presentimiento de Rostharek se había cumplido. Se trataba de un día especial. La gente abandonó el local entre gritos y empujones.
Rostharek se acercó a la escena del crimen y vislumbró a la mujer por última vez. Era ella. Definitivamente. Pero ella estaba muerta. Salió del bar y se puso a andar calle abajo. Triste y sin rumbo fijo, vio a los policías que ingresaban al bar para inspeccionar aquel horrible acontecimiento.

EL SÍNDROME DE ROSTHAREK



Síntomas:
pensamiento desordenado
inadaptado a la realidad
apatía
euforia injustificada
irritabilidad
mente dividida.
Cuando era joven
podía pasar por vidente
pero mis ojos
hoy ya vuelto huecos
ciegos a las apariencias
me permiten ver la verdad.
Me deslizo
suavemente
a mi mundo esquizoide
 lleno de rituales
incomprensibles
como ese que empuja
a ellos
a hablarme
de su mundo
inexistente.

              ANDRÉS BOHOSLAVSKY, extracto de “El ghetto de Vincent”.



Un dolor aplastante en las extremidades. El paciente lo describe como si hubiera sido torturado en la era medieval.  Trastornos del sueño que se manifiestan con excesiva somnolencia diurna, insomnio, pesadillas y terror nocturno. Alucinaciones y visiones oníricas. Un cambio drástico del estado de ánimo, el cuál oscila entre el abatimiento por las mañanas y una suerte de euforia agresiva que empieza al anochecer. Fases maníaco-depresivas que van desde una intensa vivencia de renacimiento a un estado de inhibición casi autista. En el pico de la despersonalización, el paciente describe que siente como si su cuerpo estuviera disociado en dos mitades: Un cuerpo derecho que representa el bien, la justicia y la moral, y un cuerpo izquierdo que encarna al mal. Por tanto, cuando la mitad izquierda predomina, el paciente actúa como un poseído y realiza extraños rituales para intentar aplacar la supremacía del lado maligno. Al estar dominado por lo que denomina: “EL IZQUIERDO”, se queja de sentir un fuego ardiente en la zona izquierda del cuerpo, a veces en la cabeza, y a menudo, con mayor intensidad en la mano izquierda, la cuál el paciente cree endemoniada.
Pánico y falta de energías. Paranoia y vulnerabilidad.
Las voces se contradicen en la cabeza. Hay una regresión hacia el mundo infantil. La libido es reprimida. A medida que la histeria avanza, aparecen la melancolía y un terror irracional acompañado por una desesperada necesidad de huir. Temblores, escalofríos, tartamudeo y entumecimiento de las extremidades. Un líquido infernal fluye por todo el organismo. Sensación de ser transparente y de estar desapareciendo del mundo. Vacío interno y ausencia de motivación. Apatía, agorafobia, confusión mental. Palpitaciones y dolores punzantes en el corazón. Problemas con el estómago. Necesidad de encerrarse y retirarse del mundo real.  La mente busca incansablemente la cura y divaga sobre situaciones absurdas y grotescas una y otra vez. El cerebro está hambriento de drogas. El universo aparece lleno de misticismo. Los espíritus perturban y no cesan de hablar. Irritabilidad, hipocondría, ansiedad extrema.
La psicosis se centra principalmente en los sentimientos de derrotismo y maldad, de cólera y autodestrucción.
Existe una molesta sensación de haber vivido la misma situación en reiteradas ocasiones. Experiencias extracorporales, habla incoherente, depresión profunda.
Llamado del abismo. La muerte descansa sobre los hombros.

              *El texto es un extracto de un informe que fue hallado en el consultorio del Dr. Brein, célebre psiquiatra de origen alemán, (actualmente desaparecido) quien luego de haber tratado a Jim Valentine por una temporada, elaboró su controvertida teoría conocida como “El síndrome de Rostharek”. 

domingo, 2 de enero de 2011

ALGO NO ESTÁ BIEN


Dedicado a Robert Schuman



Esa noche, al ir a la cama, sintió que “Algo” no estaba bien. Una voz interna le repetía varias veces: “Algo no está bien” “Algo no está bien” “Algo no está bien”.
Le costó trabajo dormir y tuvo un sueño ligero y molesto, lleno de imágenes proféticas, como salidas de una película. Vivía solo y era guitarrista de Blues.
Últimamente, había perdido completamente el interés por la música. Realizaba esporádicas actuaciones en pubs y así iba tirando el carro y aguantando. También sufría de una fuerte adicción a la cocaína, y los pocos gramos que le quedaban se le habían acabado en el último concierto. El síndrome de abstinencia lo atacaba sin piedad. Y no tenía dinero para comprar más droga.
Necesitaba un drástico cambio de vida. Sentía que arrojaba su existencia por la borda y que esta era su última oportunidad para salvarse.
Tenía cincuenta y dos años y estaba divorciado; su único hijo se había suicidado en situaciones extrañas que nunca logró comprender.
La voz era un llamado a buscar Algo o alguien nuevo. “Algo no está bien”, repetía continuamente.
A la mañana siguiente despertó deprimido y atontado. Sintió la urgencia de abandonar su cuartucho barato de inmediato. Fue a un sitio de comida rápida  y desayunó un yoghurt. Le llamó la atención un póster pegado en el vidrio de la tienda. En el mismo se leía claramente: “Algo no está bien”. Ello aumentó su malestar, ya que estaba seguro de que se trataba de una señal dirigida a su persona. Paranoico y confundido, se dirigió a la caja para pagar. No pudo aguantar la intriga y le preguntó a la cajera sobre el significado de ese extraño anuncio del vidrio. Ella le respondió que significaba exactamente lo que decía: “Algo no está bien”. La mirada de la chica lo perturbó. Abandonó el local a grandes pasos. Afuera, La voz interior repetía el nuevo lema en su cabeza como un mantra. Llegó a la conclusión de que el problema se encontraba en su interior. Él no estaba bien. Y era probable que estuviese creando esta alucinante situación, atrapado en un estado de locura espontánea, inducido por la falta de droga. A medida que caminaba sin rumbo, un coro de canto gregoriano repetía las malditas palabras en su mente. Su agudo oído musical le permitía captar a la perfección este concierto demoníaco que tenía lugar en algún sitio de su ser. El volumen de las voces iba en ascenso. “Algo no está bien” “Algo no está bien” “Algo no está bien”. Necesitaba un refugio para tranquilizarse. Pero no quería regresar a su cuarto. Rápidamente, elaboró una lista de los conocidos a quienes podía visitar. Finalmente, fue a ver a un viejo cantante de color que siempre tenía droga. El bluesmen lo recibió de mal humor. Llevaba puesta una remera blanca con las siguientes inscripciones grabadas en grandes letras negras: “Algo no está bien”.
Ello acabó por enloquecerlo. Sin mucho palabrerío, pidió al dueño de casa alguna droga para tranquilizarse. El viejo le dijo que no le quedaba nada. Sólo una pequeña dosis de heroína que alguien había olvidado allí.
Esnifar coca era una cosa, pero el insano compositor de blues nunca se había picado. Pero ahora no podía tirarse atrás. No había opción. Debía hacer callar a las voces de cualquier manera. Suplicó a su colega que le preparase una dosis. El malhumorado blusero le inyectó la droga, advirtiéndole que no se haría responsable si Algo malo le ocurría. Le dijo que podía permanecer unas horas tumbado en el gastado sillón donde experimentaría con esa sustancia infernal. Luego debía largarse de inmediato y dejarlo en paz.
El guitarrista se relajó en el sillón, desparramándose, entregándose por completo a los efectos de la heroína. En cuestión de segundos, cayó en un plácido estado de confort. El cantante lo dejó allí y fue a acostarse.
Finalmente, las voces cesaron. Pero de súbito, una magnífica sinfonía con un coro de ángeles volvió al ataque. “Algo no está bien”  “Algo no está bien”  “Algo no está bien”. Hundido en las profundidades de la locura, sacó fuerzas y se inyectó por cuenta propia el resto de la droga. No lo hizo correctamente. “Algo no estaba bien”. Se sintió extraño y perdió el conocimiento, con la aguja de la jeringa aún incrustada en su brazo derecho. “Algo no está bien” “Algo no está bien” “Algo no está bien”.
El viejo despertó luego de dos horas y halló al guitarrista inconsciente. Intentó reanimarlo, pero no hubo caso. Retiró la jeringa de su brazo y escondió los resquicios de droga que había en el sitio. Luego llamó a una ambulancia. Tres paramédicos llegaron. El veterano bluesmen les dijo que el guitarrista había llegado a su casa en un estado lamentable. Por ello le recomendó que se recostara unos instantes en el sillón y luego fue al baño. Al regresar lo halló al borde de la muerte.
Después de oír la historia, los médicos subieron al guitarrista moribundo a la ambulancia y se lo llevaron. Murió por el camino, antes de llegar al hospital. Uno de los médicos encendió la radio para contrarrestar la nefasta atmósfera producida por el cadáver que los acompañaba. Una extraña sinfonía terrorífica brotó del aparato y les heló la sangre a ambos paramédicos. La gélida brisa de la muerte atravesó el vehículo, cambiando drásticamente la calurosa temperatura por unos segundos.
El coro sinfónico que salía de la radio repetía: “Algo no está bien” “Algo no está bien” “Algo no está bien”.

LA VOZ



Un hombre que se ha equivocado repetidamente, sabe cuando ha llegado al punto sin retorno. Es el sitio donde el error se convierte en un estilo de vida, inducido por la necesidad de aplacar el constante desequilibrio que domina al desdichado. Esta urgencia conduce a adquirir vicios peligrosos, a apartarse de uno mismo y del camino, a vivir fuera de la realidad. El infierno es un sitio real y de fácil acceso. Muchos viven allí toda su vida, pero no se percatan de ello porque están profundamente adormecidos. El pecado es real e implacable. Pecar significa errar. Equivocarse, perder el rumbo.

Por entonces,  andaba un poco más perdido de lo acostumbrado, había sido despojado de su individualidad y vivía para saciar las necesidades de un ejército de egos que se alimentaban de su energía. Estos parásitos vivían en su psiquis y conducían todas sus acciones (llámenlo despersonalización o como quieran). Bueno, lo cierto es que el 80% de su existencia era vivida por los egos que esclavizaban a su mente. Era plenamente consciente de la situación, pero no tenía la fuerza necesaria para revertirla. Sus verdugos mentales eran más fuertes que él. Los había ido fortaleciendo durante mucho tiempo con la mala utilización de la energía psíquica. Los demonios lo esclavizaban y utilizaban a placer.
Quiero que sepan que estoy hablando de sanguijuelas cerebrales, de parásitos psíquicos, de horribles trampas diseñadas para atrapar y someter al hombre.
Vivía en el infierno y lo sabía. Era horrible, terrorífico, insostenible.
El punto del no-retorno conduce a la ruptura. Cuando el miedo a la locura se desvanece, la energía demencial circula libremente por el cerebro.

Despertó a la una de la madrugada, terriblemente excitado. Se puso un abrigo, realizó un par de llamadas y decidió salir a despejarse. Sabía que abandonar la cueva en ese momento podría ser una mala idea, significaba problemas. Pero de todas maneras, necesitaba descargar la excitación, no podría seguir durmiendo tranquilamente.
Llegó a la casa, impregnado de una diabólica sensación de poder. Tenía todo bajo control, podía dominar la situación y a las personas. Sentía un magnetismo maléfico, una sensualidad que lo hacía superior a los demás. Entró, saludó apuradamente a los conocidos y se perdió entre la gente. Era una fiesta tranquila, pero esa aparente tranquilidad estaba cargada de peligro y vicio. Podía sentirse el aquelarre psíquico en funcionamiento.
Fijó la atención en un grupo que despertó su interés. Eran dos hombres y tres mujeres, sentados en círculo sobre confortables sillones. Uno de los sujetos era extraño y enigmático; no poseía ningún rasgo especial que lo hiciese sobresalir, pero tenía algo diferente y único. Simplemente lo tenía. El hombre enseñó el puño cerrado y lo abrió sobre la mesa...

Hago una pausa. Tengo unas ideas que necesitan ser expulsadas ahora mismo (si te parece mal interrumpir un relato de esta manera, deja de leer. Si no te importan esas cosas, continúa leyendo).
Me pregunto de donde viene esta Voz que se apodera de mi cerebro y me obliga a crear cosas que nunca deseé crear. Historias que no son mías, ideas que no me pertenecen. Esta Voz viene de lo más profundo del ser y crece en el silencio, en la simple contemplación del escenario cotidiano. Pero no sé cómo se mueve a través del tiempo y el Espacio. No se trata de mi Voz, es de otra mente. Es probable que esa mente ajena también perciba que La Voz no le pertenece y crea que llega a ella desde algún Espacio. La Voz está en el universo, se mueve, viaja, contacta a los hombres que le interesan. Selecciona cuidadosamente a sus discípulos.
No realizo esfuerzo alguno al dejarla hablar. No gasto energía en el acto creativo. Dejo que La Voz hable a través mío como si fuese un huracán de energía psíquica. Le doy plena libertad para decir lo que le plazca. Y lo hace. No intervengo en El Proceso. No decido nada. No tengo el control.
La Voz me acompaña durante el día y la noche. Por temporadas se aburre debido a que nuestra conversación se hace floja y monótona. Entonces viaja y llega a otro oído virgen, a una mente fresca que sea capaz de sorprenderse con sus ideas. Y cuando agota la relación con esa nueva mente, viaja de nuevo. Nunca se detiene. Viaja a través del tiempo en busca de mentes que le permitan expresarse. La Voz es poderosa, eterna e inmortal. Se fortalece en la quietud y ama el silencio. Tiene predilección por las mentes calmas y vacías.
Ahora amenaza con marcharse. La extrañaré. Es una gran compañía en la soledad nocturna.
Cuando me abandona, me siento vacío e inútil.
Temo no volver a oírla. Eso significaría la muerte de mi arte. No puedo crear sin La Voz.
Recientemente, he descubierto la existencia de millones de Voces hambrientas, en busca de mentes para reproducirse. Yo las dejo venir a todas. Algunas son terribles, pueden llevarte a la locura en un corto período de tiempo. Unas vienen del infierno, otras son angelicales.
El estar en permanente contacto con estas Voces ha producido una especie de ruptura en mi interior. Hablo influenciado por diversas percepciones que se disputan el control de mi mente. Yo no soy yo. Yo soy muchos.
Ahora La Voz se marcha. Por ello este escrito acabará de forma abrupta. Ya que nadie puede crear sin La Voz. Entonces, aquí las palabras fallan, se vuelven rebuscadas, débiles y confusas.
La historia que deseaba retomar quedará inconclusa. Sé como termina, pero no puedo narrarla... La Voz se ha ido... Estoy vacío... No puedo hablar más... Esto es todo... El testimonio de La Voz...
Cuando La Voz regrese, el arte surgirá de nuevo. Mientras tanto, sólo me resta echarme a dormir.
Permanezcan atentos a Las Voces del silencio... Ellas saben... Conocen el secreto de la creación.


Las Voces del silencio

La ausencia yace sobre el sexo de nuestra carne,
como todas las estúpidas palabras
que hemos pronunciado en busca del silencio
y el amor universal.
Porque la fragilidad de estas palabras
ha crecido en mi interior, cuando en verdad, es al silencio a quien deifico con los silencios no callados; y todas las palabras son abismos, muertes o venenos
desgarrando la inocencia de mi alma.
Las palabras hieren.
Y el alma es falsificada por nuestra pérfida lengua asesina.
Calla ahora, hermano mío.
Permanezcamos invisibles en el vacío del vacío.
Toma mi mano; yo te llevaré a lo impronunciable,
allí te encontrarás a ti mismo despojado de ti mismo. Aprenderás el lenguaje del silencio,
y los demonios descubrirán tu nombre.
Entonces, nuevamente volverás a devorar el beso de la carne. Sé qué siempre te ha fascinado observar
a la carne apretujándose, doblándose,
quemándose ante el ardor de nuestros ojos.

Silencio:
                O estas palabras estrangulándose
en la tierra del vacío. Ya descifran el lenguaje de tu nada;
las palabras te conocen, y estos espacios blancos
seguirán siendo tu hogar.
Un grito enmudecido
                Un lamento entre los árboles nocturnos
Fiebre y carne. Selva, sol y sangre…

EL USURPADOR DE PERCEPCIONES




        «Bajo la enfermedad de la droga, cualquier línea de acción o inacción concebibles, parecen intolerables. Un hombre puede morir simplemente porque no puede resistir la idea de permanecer dentro de su cuerpo. » WILLIAM S. BURROUGHS


Es un tipo realmente extraño. Las primeras 3 noches que pasó libre de drogas fueron un infierno. Y no estoy hablando de drogas pesadas.  No me detendré a departir mucho sobre ello. El inicio de los síntomas fueron calambres, espasmos musculares, náuseas y esa angustia punzante que sólo conocen los adictos que han atravesado por un período de abstinencia. Un dolor punzante en el cuello. El corazón destrozado. Tristeza. Desesperación suicida y pérdida del control psicomotriz.
Luego comenzó la despersonalización. Se sentía hundido en un terrible abismo, cayendo irreversiblemente hacia la muerte. No podía pensar con claridad; hablaba en un murmullo lento e incoherente. La situación era insostenible. Por ello decidió acabar de una vez con todo.
Pero la cosa es que siempre había tenido problemas a la hora de llevar a cabo sus ideas suicidas. Una cuestión de orgullo (Cree que aún debe conseguir muchos logros en la vida, vivir intensamente, realizarse de algún modo, todas esas tonterías). Lo sé, esto es aburrido. Lo lamento. No es para cualquiera. Pero quienes lo hallen interesante, sabrán disfrutarlo de alguna u otra manera.
Para crear grandes obras es necesario sufrir en demasía. Sí, suena a cliché, pero es horrorosamente cierto. Utilizaré como ejemplo el caso de un amigo, quien es demasiado feliz como para poder crear algo bueno. Y créanme que una gran insatisfacción resulta indispensable para lograr crear algo trascendente. La escritura demanda sobre todo sinceridad. Debes conocer lo que quieres transmitir. Tienes que haberlo sentido y experimentado, sólo entonces resultarás creíble. Como ejemplo les contaré el caso de un conocido, quien quedó deslumbrado luego de leer uno de mis relatos. Era un texto delirante que profundizaba en las aguas del ocultismo, la filosofía y la locura mística. Me preguntó de dónde había sacado esas ideas tan delirantes y complejas. Creyó que poseía una gran imaginación. Le respondí que no había hecho ningún esfuerzo, que no había imaginado nada...
Yo vivo de esta manera –respondí con tristeza, por estar atrapado en innumerables trampas mentales.
Sólo puedes crear algo si lo llevas por dentro.
La mayoría de los escritores son simples reproductores que consumen las obras de otros, hacen un licuado con las mismas y después reproducen una suerte de cóctel de ideas de diversos autores. No todos los artistas son creadores auténticos. El arte está lleno de usurpadores de percepciones.
Los artistas sensitivos, sobre todo los músicos y poetas, tienen acceso a los registros Akáshicos del universo. De allí reciben las ideas y utilizan las percepciones de otros pensadores, quienes ya habían dado vida a esas ideas con sus propios pensamientos. Cada pensamiento crea una forma mental. Esa forma mental es depositada en un Espacio junto a ideas y formas afines. Luego se conecta con mentes perceptivas, fértiles, capaces de asimilar las formas. Así es como crean los artistas sensitivos. Todo artista es un Receptor y Proyector a la vez. Recibe las ideas, las elabora, y las proyecta en su obra. Es un mecanismo inconsciente en la mayoría de los creadores.
Son pocos los que han descubierto el método y han conseguido dominarlo.

 

 

El usurpador de percepciones


La hora de la despedida ha llegado

El usurpador de percepciones se marcha para siempre
No más que un bufón, un farsante, un acróbata del tiempo
Es una muerte rápida y tranquila
Un escopetazo en la cabeza...
Y una lágrima.

AUTOMATISMO


1
Yo vi leones marinos luchando por sobrevivir.
Los vi expirar en aguas envenenadas. Pero luego, mucho después de que los que conocen hayan adquirido el conocimiento,
los animales regresaron a La Tierra y crearon un nuevo mundo marino alejado del mundo de los hombres.

Y cuando la luna perdió su poder magnético, las mujeres recobraron el equilibrio. Entonces los que conocen volvieron a tomar el control sobre la situación.

En el histórico instante en que todas las ciudades se derrumbaron al mismo tiempo, descubrí una nueva verdad que no debe ser contada.

Las piedras caen
sobre el desierto

El desierto donde habita el hombre que viaja

a través del tiempo
en busca de su hogar.

 

No No No


Definitivamente no.
Resolver el gran drama es más difícil de lo que imaginan.
Hombres que conocen, sean bienvenidos a compartir nuestra eterna paradoja.
Toquen la tierra y sumérjanse en nuestros pantanos.

Aquí encontrarán cosas que ninguno antes pudo siquiera imaginar.

2
Así es. Él fue a verla porque la amaba con todo su ser.
La mujer; tierna, frágil  y celeste,
no podía soportar el horror de la existencia.
La halló muerta cerca del lago,
junto a la roca donde ambos iban a conversar
y reían como ninguno lo había hecho.


En la noche, tu angustia siempre era líquida

como una melodía demencial,
con la fragilidad de la leche materna
demasiado celeste para sobrevivir entre las sombras.
Tu fantasma me arrastraba hasta el límite del vacío.
Y me hacía vagar.
Lobo clandestino que la noche
ha cobijado en su lecho esmeralda,
azur nocturno en la bala ensangrentada del soldado demente,
quien se ha abandonado al hambre hasta la alucinación.
Estos son tus cabellos, una VOZ que llega desde lejos
para irritar mi garganta
y estremecer mi alma en un desgarrador escalofrío.
Fuiste muchas cosas, y, sin embargo, sé que te he inventado para sobrevivir al castigo. Merezco, amo este castigo.
Los ojos de piedra, manos eléctricas, enloquecidas,
buscando algo a que aferrarse bajo la tormenta.
No es sólo la melodía lo que pone triste a la noche...
Es más... siempre hay mucho más... hay demasiado...
...Me ahogo en la inmensidad del infinito...
...En el canal de la creación luminosa... me desvanezco...
…No tengo miedo...
demonios antiguos acechan en los bosques lunares.
Y sé que estás allí. Aunque te ocultes, sé que estás allí.
Eras tú... eras mi locura mi aliento mi madre.
Conozco cada átomo de tu pálida melancolía.
Esta es mi canción.
Es para ti.
Te pertenece.
Errante y monótona, flotando en el universo
sin ninguna que la escuche.
Dices estar muerta... Perdóname por la cobardía y la pereza.
Volveré a este sitio hasta encontrarte.
Siempre volveré.
                               

Ese fue el indicio de lo que vendría.
Al ver su cuerpo sin vida, él comprendió.
Llegarían nuevos ciclos imposibles de soportar.


Eran ciclos, fases, pruebas.
luna mar luna mar de fuego. terremotos.


Pero él estaría preparado para enfrentar lo peor.
Había conocido lo desconocido para la mayoría de los hombres.
3
Cuidado con los espejismos - el indio había dicho al poeta–, cuidado con las trampas… El poeta sabía a qué se refería el indígena. Éste era un hombre con una voluntad implacable. Y tenía sabiduría y estaba lleno de amor y dignidad. Pero a pesar de conocer gran parte de los peligros y de haber oído sobre las trampas que aparecerían en su camino,
el poeta cayó.


El poeta cayó hacia la muerte
Y perdió su alma en la oscuridad
Cayó a lo más bajo
Y se hundió en la maldición del eterno retorno
Una y otra vez.
Sí, el poeta cayó
Una y otra vez.
4
¿Pero qué crees qué estás haciendo?

No es correcto. De ninguna manera, no puedes hacernos esto

¿Por qué lo haces? Nunca fue nuestra intención, lo sabes.
Las cosas fueron ocurriendo y… Bueno, no pudimos detener al monstruo que habita detrás del muro. Sí, nosotros construimos el muro, de acuerdo. Pero todo sucedió tan rápido…
Las mentes estaban en la misma RED infernal, la comunicación se dio con facilidad y pronto todos caímos en la misma trampa.
Deténte, te lo suplico. Muéstranos misericordia.
Una oportunidad, es todo lo que pido.
Danos una nueva y última oportunidad para avanzar.


Dos almas se encuentran en el limbo psíquico

se abrazan, sin ilusiones ni mentiras
y luego se separan, para regresar a sus respectivos infiernos
la luna los une de nuevo, y vuelven a separarse
esclavos del miedo y la burla astral.
Que terrible sabiduría magnética, infernal.
un hermoso suicidio al amanecer
una tormenta bajo el halo de la luna
un velo inmaculado manchado de sangre dorada.
No puedo explicar el terror que vi en sus ojos turbios
la parálisis, el éxtasis asesino que emanaba de su alma...
es demasiado... ya no puedo soportarlo...
el reino de las sombras está hinchado de whisky
Él rompió la promesa sagrada ¿Por qué lo hizo?
¿Qué clase de demonio puede deleitarse
 en tan cruel juego de muerte?
Ninguna obra podrá expresar el horror de la pérdida divina
Tú vida ya no te pertenece. Deberás morir sonriente, loco,
destrozado por la necesidad
Tu sepultura no llevará tu nombre.
No te recordarán por lo que eres en verdad
Olvídalo.
Ella nunca llegará al bosque. Se ha ido para siempre.
Así como tú estás ido.
¡OH, piadosa plegaria fúnebre! ¡Elévate!
Elévate y piérdete en la noche.
Muéstrame misericordia.
Señor, una hora más.
Es todo lo que pido
Una ultima oportunidad para lograrlo
Prometo no volver a defraudarte.
La historia del más triste de los hombres
Convertido en fantasma,
petrificado, un sábado por la mañana.
El rostro de La Dama de La Muerte...
fría
congelada.
Prisionera en una barcaza blanca,
Prisionera de hierro
Prisionera del hombre del vacío.
El engaño lo atrapó de nuevo.
Cautivo en la ilusión
Errante,
Poeta loco
obsesionado con la muerte.
No nos arrastres hacia allí.
Queremos otra oportunidad
para luchar por la libertad.
Déjanos respirar,
sácanos de esta canción que nos asfixia
sácanos del vientre de la muerte.
Señor DEL FUEGO, amo de mares y estrellas...
Bríndanos otra oportunidad
5
¡Grita, grita todo lo que quieras!

Puedes llorar, lamentarte, analizar, buscar, resistir,intentar…

¡Grita, grita todo lo que quieras!
No hay posibilidad No hay posibilidad alguna.
No estás haciéndolo bien. Más vale que empieces a moverte.
Te queda poco ESPACIO, y no veo que cambies el curso de tus movimientos.
¡Grita, grita todo lo que quieras!
Me encanta oír tus gritos desde mi sitio de reposo.
¡Grita, grita todo lo que quieras!
6
Aquí no. Deberás buscar otro canal para manifestarte.
Aquí no hay ESPACIO para ti. No insistas. No puedes penetrar.
Aquí no. Mejor lárgate y empieza de nuevo.
Aquí no.
7
Ecuaciones, problemas de lógica imposibles de resolver
para una mente que aún no ha adquirido el conocimiento.
Matemáticas. Nuevas y extrañas percepciones.
El universo como una infinita ecuación insondable.
 8
-¿Qué es lo qué quieres?  ¿Por qué armas tanto escándalo? 

- Quiero que salgas ahora mismo. Ve al pueblo y trae tres frascos de ése brebaje verde que venden allí.

- Pero no sabemos de qué está hecho… Podría ser peligroso…

- NADA es peligroso.
¿Es qué no te has dado cuenta de la gravedad de la situación? ¡NADA puede ser peligroso para nosotros! Vamos, apúrate. Quiero que salgas de aquí ahora mismo y vuelvas con esos tres frascos lo más rápido posible…
¿No ves que nos estamos desintegrando?


Somos los inventores de la fiebre verde.
Todas las mentiras que he creado,
sueños, delirios, vinos fermentados, fantasmas
y bosques de azur, todas mis locuras recrearán el mundo
tal como tú lo percibes ahora mismo
¿Es real la luz en tu cabellera?


- Pero…

-¡Pero NADA de NADA! ¡Quiero tres frascos llenos de líquido verde sobre mi mesa en menos de cinco minutos!

-¿Por qué no vas a comprarlos tú mismo?. Yo no los necesito.

- Mira, no tengo tiempo para darte explicaciones.
Además, veo que no comprendes la gravedad de la situación.
Te lo pondré de esta manera: Si no estuviera tan débil por culpa del monstruo que me absorbe la energía, iría yo mismo. Pero como tú estás lleno de energía y vitalidad…
¡Te suplico que me hagas este maldito favor!
Dios mío, ¿es que no puedes ir y listo?
¿Necesitas tantas explicaciones para ayudar a un pobre miserable que ya no puede sostenerse?


No preguntes esas cosas. Sabes que no tengo las respuestas.
Toca mis muslos. Están fríos y sudorosos.
El animal nocturno emprende su errático vuelo
Su aliento frío me persigue. El monstruo nocturno me persigue.
Huida hacia el centro del infierno.
                                                       Huida hacia otras mentes. Huida.

No hagas ese tipo de preguntas.
Te repito que no tengo las respuestas.
No vuelvas a preguntarme algo así.


- No puedo creer lo que dices. Suenas como un lunático.
No seguiré tu juego. Siempre haces el papel de víctima y me pides toda clase de favores estúpidos que al final no te sirven para nada.
¿Cómo puedes ser tan ingenuo? Ningún brebaje verde podrá sanarte… Sólo uno mismo puede ayudarse a sí mismo.

(Hay un silencio blanco que lo cubre todo. Luego de unos instantes, volvemos a oír a uno de los hombres)

- Quiero que salgas ahora mismo. Ve al pueblo y trae tres frascos de ése brebaje verde que venden allí.
9
Veneno.
Tengo palabras en los oídos y vendas en la garganta.
Hoy no ha salido el sol.
Un buey
Un buitre
¿Y los osos?
No hay osos
¿Quién se los ha llevado?
No lo sé.

Un camello chapoteando en medio del Sena
Una cabeza rodando sobre el arco iris
La primavera es amarilla, como el abril de mis pesadillas
Mañana te llevaré a ver a los niños
Ahora debo marcharme, se está haciendo tarde.
10
Tengo No tengo No quiero más
NADA NADIE para detenerme en este instante
Yo no soy quien crees conocer
Tengo No tengo No quiero más
Es mi elección Es mi dolor y sé que no es real
Tengo No tengo No quiero más
Repeticiones obsesivas
Tengo No tengo No quiero más
Mantras llenos de poder magnético
Tengo No tengo No quiero más
11
ALGUIEN ha abierto las ventanas, ciérralas
ALGUIEN habita detrás del muro de la mente
HAY ALGUIEN molestando, murmurando
ALGUIEN trae la enfermedad del mundo en una botella de acero


Una antigua fiebre verde me consume
Frío, horrible dolor febril navegando en la marea del pasado.
He llegado a tu cálido lecho adamascado
envuelto en míseras mantas vírgenes
olvidadas por tu ausencia.


Cierra las ventanas, no permitas que entre la enfermedad
ALGUIEN sabe más que nosotros
HAY ALGUIEN burlándose de nuestro drama
HAY ALGUIEN
HAY ALGUIEN
HAY ALGUIEN
12
El hombre agua amarillenta fosforescente fluyendo por las calles a gran velocidad El hombre una inundación de grandes proporciones ocasiona destrozos en los vecindarios de los pobres El hombre la amante del presidente se puso a arrojar piedras contra el parabrisas del auto cuando él le dijo que no volverían a verse más El hombre los párpados del ojo derecho de tres yoes saltan vibran tiemblan prediciendo una catástrofe que podría acabar en la muerte del escritor que no sabe para quien escribe cuando no lo hace para sí mismo
13
La guerra de los espejos.
El juego de la vanidad domina el mundo de los objetos. Espectador en penumbras,
observando el mundo que ha creado para sí mismo.


Persianas del alma. Espejos.
Salir afuera y conquistar lo externo, no en la FORMA que posee reposando en lo real, conquistar una nueva irrealidad metaforseada, donde otros cuerpos muertos resucitarán para que puedas ocuparlos, llenarlos con nuevos pensamientos y otorgarles vida. Me refiero a conferirle vida al pensamiento.


El Proyector castiga a Los Receptores.
Los huéspedes perciben EL PROCESO, pero no están capacitados para interferir ni pueden cambiar el curso de la energía.
El sexo es el arma de El Proyector(proyecta su sexualidad
cada vez que sale al mundo exterior).
Los Receptores son invadidos por el magnetismo sensual de Los Proyectores(debido a que Los Proyectores nunca desean).
Los Conectores sirven para conducir la energía que fluye en LOS ESPACIOS.

El poder reside en el deseo sexual.

Quien proyecta jamás se mira al espejo.


El espíritu del sexo imponiendo su poder donde nace el deseo.
Los éxtasis eran sensaciones de amor y de muerte
para el dionisiaco tormento
del cual había nacido una palidez espectral.


Los Receptores son siempre seres Humanos pasivos, narcisistas, prisioneros del deseo y la vanidad.
El Proyector no da importancia a su propia existencia, crea sus personajes en el exterior. Agrede su entorno constantemente. Deposita su energía en Los Receptores, a quienes esclaviza haciendo uso del magnetismo.
Es necesario reunir a varios Proyectores poderosos para derribar el muro.


LA PIEL BRILLA EN RAYOS SIN LUZ
DESCASCARA TUS PENAS SOBRE LA PIEL QUEMADA
YO SOY EL RECOLECTOR DE PIELES
YO FABRICO LOS DISFRACES Y LOS NOMBRO
EL SEXO ES UNA INCRUSTACIÓN EN EL CUERPO
YO SOY EL FUEGO DEL SEXO
UN ANTIGUO ACTOR REPRESENTANDO
UNA VIDA SOBRE SÍ MISMO
                               

Tarde o temprano, todo Proyector deberá llegar a convertirse en un gran Conector.
14
El viejo pintor de rasgos latinos, sentado en las frías calles de Rusia, añoraba todo lo que había perdido y ya no podría recuperar. De joven había sido un gran aventurero. Ahora no le quedaban más caminos por recorrer. Su energía se había esfumado. Había llegado al final del camino.
15
Palabras sin substancia ni sentido
Quien habla siempre se habla a sí mismo
No podemos comunicarnos con los demás
mediante el uso de la palabra
Las palabras nunca podrán expresar
el infinito contenido de lo que se desea transmitir
La hora del silencio ha llegado
SILENCIO
SILENCIO
SILENCIO