sábado, 1 de enero de 2011

VACÍO Y NECESIDAD


Viernes a las 5 de la tarde.
Estás solo, sentado a una mesa en el patio de comidas de un Shopping Center. A tu alrededor, percibes el bullicio y la euforia de las personas que acaban de salir de sus trabajos y ya están ebrias de cerveza.
Presumes que tu percepción es correcta debido a que visten con formalidad y forman grupos de 4 a 6 personas por mesa.
Impasible, observas el viejo y reiterativo escenario que tantas veces te perturbó en el pasado, que te produjo rabia, que te puso triste.
Hay mujeres bellas compartiendo no sabes qué(ni siquiera intentas analizar la situación) con hombres cuyo estilo de vida hace que te sientas como un alienado al estar cerca de ellos.
Comparten. ¿Qué cosa? Tal vez el tiempo que se te escapa y acorta tu existencia permanentemente. Y aunque sabes que el tiempo no existe, de todas maneras, éste te consume ¿Por qué ellos están ahí y tú permaneces siempre aquí?.
No sabes qué haces en este lugar ni sabes como has llegado. Recuerdas que abandonaste tu habitación para salir a caminar angustiado por las calles; sin rumbo ni motivo racional. Sólo tratabas de escapar de la sensación de melancolía y necesidad que te agobiaba.
Necesidad. ¿Pero qué es lo qué necesitas? Dejar de necesitar.
Concluyes que constantemente te sientes vacío e intentas llenarte con lo que tengas al alcance. Cuando bien sabes que lo que en realidad deberías hacer es comenzar a vaciarte hasta no necesitar nada. Pero… ¿Puedes vaciar el vacío que buscas llenar desesperadamente?
No lo sabes. No te importa. Estás cansado. Estás cansado y nada más importa.
Sabes demasiado, y tu saber te paraliza.
Tal vez todo sería más fácil si no supieras tanto.
Han pasado 15 minutos desde que te sentaste a la mesa. Notas que eres el único hombre solitario del sitio. Eso hace que sientas una extraña sensación de libertad en la cuál te regocijas.
Nómada. Libre de ir adónde te plazca, de moverte o permanecer inmóvil. Pero no haces nada al respecto. Has perdido el control sobre tu mente y vas por la vida sin propósito ni dirección.
Tienes miedo de temer.
La soledad no es buena para el hombre - afirman muchos estudiosos del comportamiento humano -. Tal vez estuviste solo por demasiado tiempo. Sí, eso debió haber contribuido al deterioro de tu actual estado mental.
Has perdido la cordura hace muchos años. Pero si  pudieras… No puedes… No puedes volver atrás.
No puedes salvarte a ti mismo.
No puedes salvarte de ti mismo.
Pero por más extraño que parezca, posees el milagroso don que te permite ayudar a otros. Eres una especie de libertador que lucha por alcanzar su propia libertad y no puede hacerlo.
No puede. No podemos. No podrás.

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